Tanto las etiquetas térmicas como las etiquetas de transferencia térmica se utilizan para imprimir información como códigos de barras, texto y gráficos en las etiquetas. Sin embargo, difieren en sus métodos de impresión y durabilidad.
Etiquetas térmicas:Estas etiquetas generalmente se usan en aplicaciones donde la vida útil de la etiqueta es corta, como etiquetas de envío, recibos o etiquetas de productos temporales. Las etiquetas térmicas están hechas de materiales sensibles al calor que se vuelven negros cuando se calientan. Requieren impresoras térmicas directas, que usan calor para crear una imagen en la etiqueta. Estas etiquetas son asequibles y convenientes porque no requieren tinta ni tóner. Sin embargo, pueden desvanecerse con el tiempo y son más susceptibles al calor, la luz y las duras condiciones ambientales.
Etiquetas de transferencia térmica:Estas etiquetas son ideales para aplicaciones que requieren etiquetas duraderas y duraderas, como seguimiento de activos, etiquetado de productos y gestión de inventario. Las etiquetas de transferencia térmica están hechas de materiales sensibles no térmicos y requieren una impresora de transferencia térmica. Las impresoras usan una cinta recubierta con cera, resina o una combinación de ambos, que se transfiere a la etiqueta usando calor y presión. Este proceso produce etiquetas de alta calidad y duradera que son resistentes al desvanecimiento, las manchas y una variedad de condiciones ambientales.
En resumen, mientras que las etiquetas térmicas son más rentables y adecuadas para el uso a corto plazo, las etiquetas de transferencia térmica tienen una mejor durabilidad y longevidad, lo que las convierte en la primera opción para aplicaciones que requieren etiquetas de alta calidad y duradera.
Tiempo de publicación: Nov-22-2023